Con nada menos que 1.281, Ámsterdam es la ciudad de los puentes. Uno de sus muchos exponentes es el bello Magere Brug (puente delgado). Originariamente, este elegante puente levadizo construido en madera era tan estrecho, que resultaba difícil de atravesar por dos personas al mismo tiempo. Con el incremento del tráfico sobre el Amstel, el puente original fue sustituido por un puente más amplio en 1871.